La manifestación antigubernamental realizada el lunes en la capital búlgara, Sofía, se convirtió en un campo de batalla entre los indignados, que demandaban la dimisión del primer ministro Plamen Orecharski, y los partidarios del Gobierno.
Como consecuencia de la violencia surgida por el lanzamiento de piedras y botellas entre ambos lados del conflicto, siete manifestantes y un legislador del partido ultranacionalista Ataka resultaron heridos.
Mientras tanto, un participante en la manifestación fue arrestado por la Policía, que desplegó un gran número de sus fuerzas en las calles de la ciudad capitalina.
Según las cifras, alrededor de 30 mil personas asistieron a la marcha, en la que se escuchaban gritos pidiendo la renuncia de Orecharski.
Las protestas en el país europeo estallaron el viernes, después de que se revelara que la Agencia Estatal de Seguridad Nacional (DANS, por sus siglas en búlgaro), había designado a Delian Peevski, un político de 32 años de edad, como el jefe de esta agencia sin haberse hecho ningún debate en el Parlamento.
A pesar de que el Ejecutivo aceptó la demanda del pueblo para destituir a Peevski del cargo en la DANS, la ola de marchas antigubernamentales sigue en pie en varias ciudades búlgaras.
Ante la crisis, el presidente Rosen Plevneliev subrayó que había perdido su confianza en el gabinete y agregó que estas protestas son categóricas y tienen una razón clara, por tanto, los políticos deben cambiar su enfoque.
Fuente: www.hispantv.com
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